lunes, 7 de enero de 2008

Natalia Romero


*

encuentro mis mismas manos
ahí en donde las lomas
de Monte Hermoso
eran las más altas
me cubría la arena
el viento me volaba las piernas
era hecha de gotas moldeables
de agua salada y alcohol
fermentada la luz de la mañana
desplegada del deseo
sábana blanca
que reinventaba
el ritmo incongruente
de los días de niños.

*
el azúcar blanca
me recorre los labios
me raspa
sacude sus alas
desparrama pedacitos
granitos brillantes
se pegan
me dejan diminuta
el azúcar
me viste
de fantasma blanco.



*
árboles de telgopor
despiden pochoclos
que vuelan
se los come mi pelo
soy una bola de telgopor
blanca
un nido de pochoclos
hijos del árbol.
movimiento
liviano
palomas
saladas saltan
se despegan del árbol
que las hierve
granos de flor
cubiertos de sal
se esparcen
en mi pelo.





*
cae tu pelo
negro mientras
lo entrelazo a mis dedos
entredormido
entrelazado
entre mis
manos
entre mis brazos
entraste.



*
mostrarnos
abriendo
lo último.
dejarnos mantenidos
mareados
mezclados
color caramelo.
el azúcar se espesa
-no dejes de revolver-
estamos cerca del mar.


*

el suelo es
blando
cuando
el ascensor
abre las puertas
y veo pared
verde
musgo
chapa
algas
me arrincono
y los pies se hunden
me entierro
dejo mis dedos
tapados de agua salada
si caigo.
adónde.
habrá arena?



*
atardecer más tarde.
en las esquinas
en los rosales
sentarse en la vereda.
falcon rojo
cuatro ruedas
dame el amor
que yo más quiera.



*
cubanitos
rellenos de dulce de leche
los como como choclo
el cucurucho explota
me llena la boca
de pasta dulce.



*
entiendo la presencia del goce
en la venida del miedo.
a la hora de la siesta
silencio.
mi cuerpo era más pequeño
mis manos encontraban
arañas jugando
en el galpón de mi abuelo.
ahí, atrás de las latas de pintura
y la caja de herramientas ya oxidadas.
las tomaba con miedo
y caían en un frasco.
a través del vidrio
el tiempo era de misterio
su trama hermosa
cuando los días las aquietaban.
las arañas del galpón de mi abuelo
no comían moscas muertas
la gorda encontraba los frascos
abría la tapa
militante de la libertad.


*
nos movemos
como garzas
en la noche,
de cuello alto
nos vestimos de plumas,
gritamos creyendo
que afinamos la voz,
garabatos
como rayos azules.
nos sacudimos
en la orilla,
estamos centelleantes
esta noche.
brilla tu voz
y te creo.

Natalia Romero (1985)
A los que se construyen en mis letras. A Romina, Mariano e Ignacio que me empoetan las tardes. A lo verde, lo rojo y lo azucarado.
natirome@hotmail.com

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