lunes, 7 de enero de 2008

Juana Peralta


*
en la piel blanca
de las bétulas
donde antes había brazos
se abría un agujero
cuando eran arbolitas
piecitos enterrados
estaban
se hundía el Sol
en el final del mar
llano verde húmedo
de oeste a este
desde abajo
iba a alumbrar
la noche

*

gallito ciego
sordo perdido, sórdido
aturdido
en una noche fabricada
sentiste de pronto el perfume
del gas lacrimozart



paloma-humana rezonga
anoche comí tierra
en el plato hondo raíces
estrangularon los fideos de la sopa
no más recuerditos de letras flotantes
no más líquido malo que se seca
cun dum cun dum la araña se va
cun dum cun dum dejando pasitos
en la arena blanca
cuadriculados, mis ex-pensamientos rodaron
hasta el borde mas cercano
Urgencia de amontonarse
los hizo uno
sólo un sonido-bollo
consistente
retrógado
sabor tóxico de la memoria
cardumen de abejas mohosas
cardal sin salida

tomé del río y salí
turbia en la calle estuve horas
sin viento en la camiseta, sin olas
cuando volví
destapé el caño ese (que me había prometido)
planté la sopapa en el medio
y pedí la agua
al cielo



*

Atiborrada de acciones
cada hora cada día
apelmaza la columna
cada disco (que no suena) cada vértebra
se oye el primer canto de pájaro
agujerea el silencio celeste penumbra
claro abajo y mas oscuro hacia arriba
las hojas de la enredadera
simulan una lluvia calma pareja
me entregué a creer en esa lluvia
delicados verdes
hojean
suaves e imperceptibles tallos
sostienen
la liviandad titila
enamorada del muro (ampelopsis, rojo puro)
dejo que irradien, mancomunen
las dos existencias (planta y muro)
mientras escribo (espero)
que salga el sol

*


degradé (sencillé?)
yo busqué esto?
otra vez acá (cultivando la tierra del fondo del mar)
sin mi (de vos)
sin éter (espacio donde suceden las cosas)
sin cosas, ni espacio (puentes)
para flotar
el planeta que me gusta

despacio
los pasos
apaciguan (acercan)
la lluvia
desarma
lo gris
del miedo

era chico el mundo
al final
infinita
la memoria
de la piel.
mis pies
saben (bailan)tu canción favorita

*

me despertaste
traías
una palabra nueva
para mi
para que la usara en este día
y me gustó eso
esas cosas tuyas
alimenticias

a través del vidrio
miré la agua quieta
muerta
en la pileta

una vez en el pasto
me di cuenta
que las moscas querían verme
pararse en mis hombros
decirme secretos
zumbones

supe que alguien nos cuida
y que hay un cielo
secando la ropa:
tu vestido de princesa,
mi camisón amarillo y
tus medias de vestir

símbolos
soplos voladeros
somos

tomé la distancia
como un vaso de agua
vi el caracol
lo vi
cuando subía
pegoteándose de todo el mal
con su humedad
que mata
a esta altura
justo en este lugar
del ritmo inevitable
imponderable
cardamomo

*

sobre la nieve blanca acolchada
una mancha viva
yace, tendida a lo largo
al efecto de una resignación
salpicada la mancha respira, mira
el viento celeste oscuro
destiñendo la punta del edificio
desmontando las luces rezagadas
tan cerca
en los pliegues de las nubes, en las ingles,
en los huecos de las ramas
al reverso de las hojas
un árbol se entrega: alimento crudo
sobre la alfombra verde
pan de hoy
bondad
en la bóveda húmeda
silencio oscuro suena
movediza la lengua
silencio lento de arena
saborea la noche, muerde
la carne arbórea
titilan lejanos los cantos
constelan sagrados
los corazones milenarios
resplandor
explanada
sucede fuego

Juana Peralta (1978)

Es inútil pedir a Dios lo que uno puede obtener por sí mismo. A. Jodorowsky

http://www.juanaperalta.blogspot.com/












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